Desde la mecanización, pasando por la electricidad y la informática, hasta llegar a la era de la digitalización (en la que nos encontramos actualmente) con la industria 4.0, el sector industrial ha contado con numerosos avances tecnológicos a lo largo de la historia que han permitido optimizar los procesos y la eficiencia, pero ¿cuál es el estado actual de la industria 4.0 en Europa y cómo avanza en España?
La Industria 4.0 en Europa
Según el estudio realizado en el pasado mes por EAE Bussiness School: “Industria 4.0: Hacia una nueva realidad industrial”, la Unión Europea tiene como prioridad alcanzar el 20% de PIB en Industria 4.0 y España debería aportar un 15% del suyo.
Además, de este mismo informe se extrae que dos de los países más avanzados en la implementación de esta industria son Reino Unido, apoyada principalmente a través de la contratación pública, y Países Bajos que apuesta por una estrategia de capilaridad y de aproximación al territorio con los field labs.
En esta misma línea, en Alemania se comenzó a definir en 2006 la High-Tech Strategy, la cual establece los pilares de la industria 4.0. De hecho, se estima que tendrá un aumento en torno al 15-25% o, en otras palabras, un 1% del PIB adicional, así como un incremento del empleo de, aproximadamente, un 6%. Con esto, también se refuerza la estrategia de clústeres iniciada en la década anterior surgida a raíz de la necesidad de competir con China.
Francia, por su parte, responde con la iniciativa La Nouvelle France Industrielle, con la que establece 34 planes por sector y por tecnología para poder desarrollar la industria 4.0. Sin embargo, debido al poco desarrollo del I+D+I y la problemática de la propiedad intelectual, los resultados son poco visibles.
Estas diferencias entre países en cuanto al nivel de adaptación de la Industria 4.0 se deben a factores tales como la estructura del sector industrial, su papel dentro de la economía del país y los modelos de negocio que se apliquen.
La Industria 4.0 en España
En estos momentos, España está envuelta en un proceso de industrialización tecnológica: desde las instituciones públicas se están impulsando acciones de digitalización en las que las pequeñas y medianas empresas son claves para conseguir una implantación más rápida de los cambios.
De esta manera, nuestro país ocupa la cuarta posición en el marco de la Unión Europea con respecto a su desarrollo, ya que la Industria 4.0 representa el 15,3% del PIB. El mercado potencial de tejido empresarial en España involucrado activamente en la transformación digital y la innovación en esta industria superará los 2.100 millones de euros en 2022, alcanzando así la media europea en áreas fundamentales como IoT, robótica, cloud o big data. No obstante, el 68% de las empresas industriales españolas tienen aún pendiente su digitalización. Además, el 21% de las mismas consideran no tener habilidades digitales en su empresa y el 47% está en proceso de empezar a trabajar en ello.
Nos dirigimos hacia la Industria X.0
Ahora que ya hemos asimilado e implantado el concepto de Industria 4.0, toca pensar en qué vendrá después. La velocidad de la tecnología, los constantes cambios y las diferencias de implementación según los sectores han hecho que el concepto evolucione a Industria X.0.
Este término refleja la realidad actual, caracterizada por la velocidad de las conexiones, la necesidad de implantar la sostenibilidad y el impacto de la fuerza laboral. Todos estos factores definen una constante adaptación y un crecimiento exponencial. Además, debido a la pandemia, se han implementado nuevos modelos productivos, laborales y de consumo.
Los elementos fundamentales sobre los que se erige la Industria X.0 son el talento, la digitalización y la sostenibilidad. Actualmente, su desarrollo se ve frenado por el limitado crecimiento de la productividad de fabricación, por lo que aún queda mucho por recorrer.